63 tinerfeños estrenan el nuevo examen práctico de conducir
Los profesores sostienen que el test resulta «más sencillo»
22.01.2013 | 03:00
ELENA HERNÁNDEZ
SANTA CRUZ DE TENERIFE
Un total de 63 tinerfeños estrenaron ayer el nuevo examen práctico de conducir con normalidad y algunos nervios. Al gusanillo típico que acompaña a esta prueba se sumaba el ser los «conejillos de indias». Estos aspirantes eran los primeros tinerfeños que se enfrentaban a la conducción libre, sin indicaciones del examinador, durante diez minutos; a las preguntas y comprobaciones sobre el estado de los neumáticos o la verificación del aceite; y a estar circulando cerca de 25 minutos. No obstante, el nuevo examen no tuvo muchas más novedades. Todo salió como siempre: unos, los más preparados, aprobados y otros, con la lección menos aprendida, suspendidos.
La nueva prueba que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha pone a prueba a los conductores dejándoles circular libremente y comprobando su dominio teórico. Pero, al contrario de lo que pueda parecer, los profesores de autoescuela sostienen que el examen es «más sencillo». «Este tipo de prueba permite que el alumno se relaje y tenga mayor dominio del coche», explica Samuel Mesa, director de Autoescuela 22.
No obstante, los profesores entienden que siempre que hay un cambio, este se mira con recelo y preocupación por lo que pudiera tener de complicado lo desconocido. «Cuando se produce una modificación, la gente se pone en lo peor, pero no es así, esta prueba tiene la misma o incluso menos dificultad que la anterior», asegura Pedro Fuentes, presidente de la Asociación Canaria de Centros de Formación (Acacef).
A pesar de ser novedosos, los exámenes de ayer se realizaron sin ningún tipo de incidencia en la provincia tinerfeña. «Todo ha ido con normalidad, porque desde hace tiempo ya estábamos trabajando con prácticas de este estilo», aclara Fuentes. El presidente sostiene que para los alumnos nuevos «no se produce ningún cambio». «Sus prácticas han estado enfocadas a aprobar este examen, no saben hacerlo de otra forma», añade.
Los instructores aseguran que de las novedades, la conducción libre es lo que más «achanta» a los aspirantes. «Le tienen miedo, pero está orientada a todo lo contrario, a la relajación del alumno antes de que reciba las indicaciones del examinador», apostilla Fuentes. «Los primeros minutos son complicados, se trata de restarle importancia y no ponerles nerviosos con ordenes», apunta su compañero de profesión Samuel Mesa.
¿Dónde está la batería?, ¿Cómo se comprueba el líquido refrigerante? o ¿dónde se coloca la varilla del aceite?, son algunas de las preguntas que ayer se pudieron escuchar en los diferentes puntos de exámenes. Porque, antes de conducir, los novatos también deben demostrar que han hincado los codos. «Son cuestiones elementales, no se va a pillarles», aclara Mesa.
Además, la finalidad de saber cómo se cambia una rueda o cómo funciona el parabrisas va más allá de conseguir «la L». «Se trata de que los alumnos aprendan y no memoricen, con el único objetivo de que valoren el riesgo que tiene la carretera y disminuyan así los accidentes», afirma Pedro Fuentes.
Los que ayer aprobaron tendrán ahora que ser ejemplo de que la nueva prueba de conducir pone al volante a conductores más responsables.
Enlace de la noticia: La Opinión.